Puedes colocar la manta en el sofá decorando el antebrazo, a modo de manta en el chaise long, dejarla a modo casual sobre la esquina, colgada o doblada en el antebrazo.
Cómo doblar una manta para el sofá
Lógicamente para que la manta en el sofá logre su objetivo de captar la atención, y siguiendo la línea de la moda actual de que parezca algo casual, el modo en cómo doblamos la manta es decisivo. No se trata de enfundar la manta en el sofá como si fuera un forro protector, sino de dejarla estratégicamente colocada. Por eso, y si eres nueva en esta materia, ¿cómo hay que doblar una manta para el sofá?
La manta para tu sofá no necesariamente tiene que ser grande. Con cubrirte a ti es suficiente, así que escoge una manta de pequeñas dimensiones, porque así también te será más sencillo doblarla.
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Podemos dar un estilo u otro según la manera de doblar la manta para el sofá, así que conoce los modos que hay para doblarla y mira cuál de ellos te gusta más. Podemos diferenciar entre el método rápido, el escondido y el relajado. ¿Cómo son cada uno de ellos con estos nombres tan peculiares? Veamos.
El método relajado consiste en coger la manta en forma vertical y doblarla por la mitad. Luego simplemente déjala en alguna de las esquinas del sofá.
El método escondido trata de doblar la manta a lo largo en tres partes. A posteriori, la manta se dobla por la mitad. Ahora, puedes dejarla en un esquina, o extender por el respaldo del sofá. De este modo, la manta pasará casi desapercibida, aunque en verdad, está decorando.
El método rápido simplemente es coger la manta y doblarla por la mitad verticalmente. Ahora se coloca o sobre el respaldo o sobre uno de sus asientos.
5 formas diferentes de colocar la manta en el sofá
Sabiendo cómo doblar la manta para el sofá ya has aprendido la primera norma básica para decorar tu sofá con mantas. Ahora bien, falta la segunda parte que es dónde colocamos la manta. Algo ya hemos visto, pues anteriormente te mostramos que podías dejar la manta sobre una esquina del sofá, cubriendo el respaldo o sobre un asiendo. Pero hay más trucos que puedes aprender para que la decoración final sea perfecta y tu sofá, así como la estancia que este ocupa se vea impecable.
Manta en el sofá decorando el antebrazo
Es una de las formas en las cuales podemos decorar nuestro sofá teniendo a mano nuestra manta, tan útil en las noches que comienza a refrescar o para los gélidos días del invierno.
Colocar la manta en el antebrazo no tiene nada de peculiar, pero queda bien y ni siquiera necesitas complicarte o pedir a nadie que te ayude a colocar nada, porque simplemente doblas la manta y la pones como olvidada en el antebrazo. Tan sencillo como coqueto es este modo de decoración para tu sofá con mantas.
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Para culminar la decoración, procura que la manta tenga unos tonos que sean acorde con los colores y estilo del salón y del sofá.
¿Cómo puedes conseguir esta combinación perfecta? Haciendo que la manta sea parecida a los cojines que adornan el sofá. Acertarás seguro.
Manta en sofá chaise long
Es uno de los sofás preferidos porque no solo puedes recostarte sino también tumbarte a todo lo largo como si estuvieras en una cama. Este espacioso sofá invita al descanso y al confort, así que la manta solo es la guinda del pastel a cualquier salón o espacio que disponga de un sofá chaise long.
Pero eso sí, menuda guinda, que ya sabemos que aunque solo sea una fruta, el pastel es menos pastel sin ella, y esto ocurre con la manta. Así de atractiva luce una manta dejada sobre el sofá. ¿A que apetece tumbarse? Por cierto que el sofá lo tienes en el catálogo de muebles y decoración para el salón de Ikea.
En este caso, tal vez la manta no vaya muy a tono con el color fucsia del sofá, pero sí que combina con los tonos marrones y crema del mobiliario y la librería.
Manta sobre la esquina del sofá
El rincón o la esquina del sofá son otro de los espacios elegidos para dejar la manta. En este salón de Ikea tenemos un sofá sencillo pero que gana color con la manta que, a su vez, está a juego con las cortinas. ¿Casualidad? Claro que no. Todo está perfectamente estudiado en decoración.
La manta sobre la esquina del sofá aporta color y un espacio para almacenar la manta cerca de ti cuando la quieras coger.
Manta que cuelga sobre el sofá
La manta se ve colgando desde cualquier parte del sofá, ya sea desde uno de los asientos o desde un brazo o respaldo. Como este modelo que vemos de Ikea y que le da un toque informal encantador.
Además, la manta puede ser en el mismo tono o, por el contrario, crear contraste en colores opuestos.
Manta sobre el brazo doblada
Nuevamente la manta es la protagonista que aporta un toque de color que se convierte en el centro de atención del espectador. Aunque es cierto que este salón de Ikea llama la atención por sí solo. Pero la manta así colocada es otra forma, perfectamente doblada, de añadir estilo y elegancia al salón.
La manta así dejada no entorpece, no incomoda, decora y, al mismo tiempo, la tienes a mano para cuando la quieras utilizar.
¿Has visto cuánto juego nos puede dar una simple manta? No tendrás que esconderla cuando vengan las visitas, sino que ahora son parte del decorado y de su encanto.
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